Debido al menor riesgo de los valores de deuda emitidos por los fideicomisos, los rendimientos esperados son inferiores a los de los bonos (de hecho, para las entidades es una forma más barata de financiarse: tienen que pagar menos intereses a los inversores).
Sin embargo, cada emisión de deuda fiduciaria tiene sus propias condiciones (detalladas en el prospecto de emisión), entre las que se encuentra la tasa de interés, que puede ser fija o variable, y las fechas de pago. Según los proyectos financiados pueden encontrarse diferentes combinaciones de riesgo, rentabilidad y plazo, por lo que es posible encontrar valores de deuda fiduciaria adecuados para distintos perfiles de inversores.
Por ejemplo, los valores fiduciarios subordinados tienen un riesgo superior, porque cobran después que el resto. A cambio, los rendimientos son más elevados.